martes, 16 de agosto de 2011

JOSE MOURIÑO, PEP GUARDIOLA...

Leo en la prensa que Sergio Ramos dice: “la culpa es de Alves” extrapolando al agredido la sanción del agresor. Lógicamente Pedro debería hacer lo mismo por la patada traicionera de Sergio o Abidal con la de khedira.
José Mouriño, su entrenador, calla, estimula, refuerza ésta actitud, por lo que supongo se siente “orgulloso” de Pepe, Sergio Ramos, Khedira, Marcelo o Cristiano y no parece que haga mucho por ayudar a esas “fuerzas de la naturaleza" a mejorar y todos tienen un gran margen para seguir “aprendiendo” seguir mejorando, primera obligación del entrenador.
Cesc valora especialmente en su cambio, al entrenador Pep Guardiola y la posibilidad de mejora que obtendrá a su lado y al lado de compañeros que han comprendido el valor de tener un entrenador que les ayuda a progresar, digerir, comprender y valorar la esencia de sus individualidades en favor del equipo, para de ésta forma salir a cualquier escenario y soportar sin miedo, la presión de la alta competición y las consecuencias de tanta luz cegadora.
Mouriño y Pep, Pep y Mouriño, ambos entrenadores tratan de extraer el máximo rendimiento a sus jugadores, hacer rentable los grandes presupuestos, conseguir los títulos que avalen su método, reforzar su currículo y obtener los beneficios económicos correspondientes. Es evidente que el proteger, ayudar, aconsejar a los jugadores es un camino más complejo, a la corta menos rentable, máxime cuando alrededor de estos hay un enjambre de consejeros y aduladores a quienes les gustaría obtener beneficios de la luz que emanan. La historia ha demostrado que grandes jugadores mal aconsejados, ciegos de vanidad, han sido co-responsables del cese de miles de entrenadores, de clubes arruinados e individualmente no llegaron nunca a desarrollar todas sus cualidades, ni consiguieron traspasar las divisiones inferiores o neo-profesionales, gravando la frase lapidaria “la culpa es del entrenador”
Esa es la verdadera diferencia entre Pep Guardiola y José Mouriño, que está calando en el mundo futbolístico. Pep puede sentirse orgulloso de dar continuidad a tantos entrenadores que seguimos con esa misma filosofía y que no tuvimos continuidad en los resultados para poder forzar los cambios que hoy Pep está consiguiendo.